EL JILGUERO

 Pensaba que esto era un clásico de la literatura norteamericana cuando me crucé con el titulo por primera vez. Es que The Goldfinch impone y mucho. Ademas era premio Pulitzer. Un dia de octubre donde yo tenia que estudiar, encargue a mi hermana que en su visita al centro comercial con sus amigas me comprara este libro. Llego con una tapa blanda edición de bolsillo (como me gusta a mi leer los libros) de 1142 paginas. 

A mi los libros largos no me imponen. Harry Potter y la Orden del Fenix tiene 901 paginas y con 11 años me lo leí en tres semanas. Ademas recuerdo un verano particular donde me leí la trilogía de The Century de Ken Follet en un mes, devorando 3000 paginas en el proceso. 

Pero este es el libro mas largo que he leído nunca. Cuando me lo empece, una noche cualquiera de octubre, no sabia que iba a necesitar unas navidades confinada para acabármelo. Así que me leí las primeras veinte paginas y lo deje abandonado en la mesita de noche hasta ese momento. Arquitectura no da mucha tregua y este cuatrimestre no he tenido lo que se suele definir como tiempo para mi. Pero eso es algo que tratare en ota entrada del blog. 

El dia 23 de diciembre mi padre dio positivo en Covid. Esa misma tarde, mis dos abuelos. Y al dia siguiente, mi madre y mi hermano. Otros dos dias mas tarde, mi hermana. Aunque me hice pruebas cada dos o tres dias, aguante el negativo como una campeona, pero me toco encerrarme a mi. Gracias a las vacunas, todos están bien. Pero yo aproveche esta situación para leer este libro. 

No ha sido nada facil, pero ha valido la pena. Al 100%. 

El jilguero es la historia de Theo Deckerd, un niño que vive con su madre en Nueva York. Un dia, ambos van al museo MET, donde ven el cuadro de El Jilguero de Fabritius. Un poco mas grande que un A4, es un cuadro de un pequeño pajaro atado con una cadena sobre un fondo neutro. Un cuadro simple, que fue salvado de una explosión en el estudio del artista en Delft durante el siglo XVII. Mientras madre e hijo admiran las obras de arte del museo, hay una explosión. Dentro del caos de los momentos posteriores a esta, Theo roba el cuadro que tanto le gustaba a su madre. Y ahí comienza la historia. 

Cuando me adentre en esta sinopsis pensé que esto me iba a llevar por el camino por el que Dan Brown suele llevar sus novelas: un misterio de arte así con acertijos, viajes por ciudades emblemáticas europeas y un gran giro argumental al final. 

Las primeras 300 paginas del jilguero me sorprendieron porque el cuadro apenas estaba presente en ellas. Narran mas bien la vida de Theo tras la muerte de su madre. El cuadro se queda abandonado en un armario y apenas se menciona. Yo no entendía nada. Nadie buscaba el cuadro, no había una gran operación policial ni se había descubierto ningún secreto enterrado en la parte de atrás del lienzo. 

Necesite otras 200 paginas para entenderlo. Menos mal que no deje de leer porque el aburrimiento o lentitud del principio se entiende cuando llegas al final. Cuando empece a leerlo, pensé que le sobraban 700 paginas. Ahora veo cada una de ellas como algo importante y necesario. 

He necesitado entender que el cuadro solo era un símbolo. Lo que ataba al protagonista a los hechos del museo que cambiarían su vida para siempre. Era la representación física del efecto mariposa, de la crueldad del destino, del duelo por la muerte, de la inevitabilidad de la vida. 

Al igual que Theo se obsesiona por el cuadro, tu acabas obsesionado con el libro. Sobre todo con lo que este significa. 

Una cosa importante es lo bien que escribe Dona Tartt. Jamas había leído un libro con un uso tan impresionante del lenguaje. Jamas me había sentido tan dentro de la cabeza de un personaje. Tiene una forma bella de usar las palabras, al leerlas parecen que tienen textura y color. 

Me cuesta mucho hablar del Jilguero porque creo que lo que he entendido de el lo he hecho a un nivel tan profundo que me cuesta mucho traducirlo a unas frases superficiales. Os lo resumo en algunos extractos, 

Espero que nadie decida leerse el jilguero a partir de esto, porque esto no es una recomendación. Creo que es un libro con el que hay que cruzarse de casualidad, igual que lo hizo Theo con el cuadro. Y no esperar nada de él.