INEXORABLE
Un mes tarde, pero aquí esta.
Cuando te enfrentas a un reto lo primero es decidir como enfrentarte a ello. Desarrollar una estrategia. Y es normal que a la primera no salga bien. Por eso pasamos 18 años de nuestra vida en el colegio. Hay que saber enfrentarse a un examen, a lo que luego va a ser la universidad. Nos están entrenando.
La vida real no se parece en nada a ello. Muchos de los que fracasan en el colegio suelen acabar siendo muy exitosos en su vida, y los que destacan en el colegio acaban muchas veces dedicándose a un trabajo que ni les gusta y que ni siquiera les paga bien.
La vida me ha dado muchas lecciones sobre ello. En este país se dictamina quién puede ser médico, arquitecto o abogado mediante un examen de memorizar ejercicios y textos y resolverlo en hora y media. Yo de este examen salí con una nota muy alta. Siempre he sido muy aplicada. Me sobraron casi 3 puntos para entrar a arquitectura, y eso que la nota ha subido bastante. A mi amigo Manuel le sobraron unas escuetas dos décimas. Y ha acabado el curso con 4 matriculas de honor.
Si algo tengo claro después de acabar primero de arquitectura es que tienes que dejar atrás mucho de lo que te enseñan en el colegio porque no te va a servir de nada. No puedes esperar que todo sea tan fácil y tan simple, y desde luego la estrategia que has practicado durante 18 años no sirve para enfrentarte a un ejercicio de DAI. No hay unos apuntes que memorizar, unas formulas que interiorizar o un esquema para resolver un ejercicio.
Yo ya no puedo confiar en que la tarde de antes le pegaré dos lecturas a los apuntes y me los sabré de memoria. No puedo esperar hacer un ejercicio un par de veces y hacerlo perfecto. DAI no es así, arquitectura no es así. Si algo he aprendido, y gracias a Dios que lo he hecho, es a fracasar. A caerme. Sobre todo porque gracias a ello he aprendido a levantarme.
No me he dado ninguna ostia muy grande para ser justos, los que pasa es que yo soy extremadamente perfeccionista y bastante competitiva. Este año ha sido una lección moral.
Llegue un día sola sin conocer a nadie al aula museo, y desde entonces no han cambiado ni mi libro favorito, ni mi película favorita, ni mi cuadro favorito. En parte sigo siendo la misma. Pero todos sabemos que no es así. Jamas había cambiado tanto como lo he hecho en un año.
Todo ha sido nuevo. Lugar de trabajo nuevo, carrera nueva, amigos nuevos, ambientes nuevos, horarios nuevos. Y a esto hay que sumarle el COVID, de cuyas secuelas psicológicas ni voy a hablar, porque no lo estaría haciendo desde una perspectiva exterior, y creo que eso es algo que no voy a poder hacer hasta que no este lejos.
He pasado muchísimas noches hasta altas horas de la madrugada currando para llegar a clase y que me insulten a mi y a mi trabajo, he tenido días donde no he hecho nada por pura pereza o falta de inspiración, findes de semana donde lo único que he hecho ha sido trabajar y findes de semana donde no he dormido el domingo por haberme pasado todo el sábado por ahí.
He tenido días donde volvía en el coche de la ETSAM muy feliz cantando con Manuel y días donde me volvía sola a casa llorando mientras escuchaba Taylor Swift. Ha habido clases donde me he aburrido como una ostra y clases donde se me salían los ojos de las órbitas de lo que estaba alucinando o en las que no podía parar de sonreír.
Ha habido trabajos de los que me siento muy orgullosa y colgaría en mi cuarto y trabajos que de solo verlos quiero llorar.
Durante el primer cuatrimestre me frustraba mucho cuando no hacia algo que me gustaba. Pero estoy muy satisfecha de decir que acabo primero orgullosa de haber hecho cosas mal. No se puede ser perfecto, no creo que sea una alumna perfecta y desde luego no creo que sea una arquitecta perfecta. Y desde luego tengo claro que no voy a salir de esta Escuela habiendo hecho todo perfecto ni sabiéndolo todo. No sé que me depara el futuro que veo tan lejano, pero tengo claro que voy a morir siendo una persona imperfecta, y que muchas veces habré sido una mala amiga, mala arquitecta, mala madre, mala hija, mala hermana, mala novia, mala trabajadora. Mala. Y habré sido tremendamente feliz de todas formas.
Por esto le doy las gracias a DAI. Soy una entusiasta del aprendizaje, y lo busco en todo lo que hago. Pocas veces en la vida te cruzas con una clase que te enseña tanto como esta. Con unos profesores tan magníficos. Tengo pocos pelos en la lengua, y si de verdad no le guardase cariño a la asignatura y a Paco, Alvaro y Enrique no estaría escribiendo esto. Guardo en lo mas profundo de mi memoria tantas frases que habéis dicho en clase y que nunca voy a olvidar. Voy a recordar toda mi vida tantas charlas que nos habéis dado que nos hacían salir de clase en un agradable silencio. Podría escribir entradas y entradas contando anécdotas o recitando cosas que me habéis enseñado, pero creo que lo sabéis.
No solo me habéis enseñado a dibujar, arma esencial para esta profesión, sino que me habéis enseñado la importancia del dibujo como herramienta. DAI 1 me enseño a trabajar mediante el dibujo como lo haría un arquitecto. DAI 2 me ha enseñado a pensar como un arquitecto.
Esta segunda parte ha sido la asignatura que más he disfrutado en toda mi vida, especialmente el tramo final. He entendido gracias a ella y a vosotros la dinámica de esta carrera, y estoy tremendamente feliz de haberme cruzado con vosotros en mi camino porque me he salvado de ser una arquitecta pasiva, que escucha las instrucciones de los profesores y mentores y las aplica en sus proyectos, desentendiéndose de cualquier tipo de reflexión previa o búsqueda de referencia. Me he convertido en alguien que ve el arte de habitar un espacio, desprendiéndose de aquella niña que guardaba ventanales en sus tableros de Pinterest y que no sabia de la existencia de cualquier arquitectura que se saliese de la norma. Me habéis enseñado a no conformarme con una primera idea, a regarla y hacer que crezca y se nutra, a buscar los limites de la perfección y eliminar los errores sin pereza alguna. A pulir lo aparentemente ya perfecto. A que ningún dibujo esta acabado.
Me metí a esta carrera por razones que a día de hoy no recuerdo exactamente. Solo sé que aquí me he dado cuenta porque quiero quedarme. Estoy muy feliz de haber descubierto un sentido mas real de la palabra arquitecto. Quizás este cambie a lo largo del resto de mi vida, pero no creo que jamás pueda eliminar del todo a esta persona que he creado. La que sueña con crear espacios a través de un garabato, y que ve como este garabato crece hasta convertirse en algo habitable por el ser humano. La que ve la belleza en un simple boceto, y las grandes posibilidades de una lineas de pintura pastel en un 100x70. La que en unas cajas con luz ve Gotham. La que construye un espacio mas real que el que tiene enfrente. La que mira, recoge y representa cosas de la que la mayoría ni se percata. La que entiende que sin habitantes no hay espacio. Y la que finalmente proyecta, a través de un mando de la playstation o de su propia imaginación .
Un dia me dijisteis que los limites de la ideación son inexorables. Gracias por enseñarme que cualquier camino es valido. Gracias por no pasaros 18 años enseñándome una estrategia para aplicarla el resto de mi vida. Gracias por enseñarme a crear la mía propia.
Remedios, acabo de leer esto y estoy con lágrimas en los ojos. Me has emocionado un montón y has hecho que me vuelvan a la mente unos recuerdos muy bonitos. Gracias. Nunca dejes de escribir, a mi me transmites mucho<3
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