SOBRE LA CULTURA DEL ESFUERZO EN ARQUITECTURA

 Hoy va a ser la quinta noche consecutiva que duermo menos de tres horas. Llevo tres días saliendo de mi casa la primera para hacer cosas relacionadas con la universidad, y volviendo la ultima porque tengo clase. Según llego a casa, me da tiempo a cenar y hablar con mi familia durante menos de una hora y en seguida vuelvo a estar conectada en Teams con K Ex Maldecir (para que mis profes de DAI se sitúen, somos el grupo de amigos de clase, aka Berta, Manu, Cata, Pepe, Daniela, Raquel, Aspe, Patri, Zazu, Nacho, Aya, Maria, Eloy y Chloe) para seguir trabajando hasta altas horas de la madrugada. He dormido 15 horas en los últimos 4 días y porque uno de ellos he dormido 8, que sino serian menos. Casi no tengo tiempo para comer y menos aun para dedicarme a actividades mínimas de ocio. Hace semanas que no veo una película y todos los días fracaso en intentar sacar un hueco para leer. Lo peor de todo esto, es que cuando llega el fin de semana, y salgo con mis amigos a pasar el día fuera y evadirme un poco, llego a case sintiéndome culpable por todo el tiempo que he perdido y que podría haber dedicado a los planos de proyectos o a la cosa de DAI. Y me siento peor aun por que por ejemplo, esta semana he currado como una mula y no he conseguido hacer todas las entregas (por lo menos creo que la de DAI les ha gustado). 

Y venia aquí a criticar esto. No que nos tengan explotados, que eso es un tema aparte, si no el hecho de que este tan normalizado y romantizado. Parece que si no eres el ultimo en dormirte antes de la entrega de proyectos has fracasado en la carrera y no te has esforzado suficiente. Se felicitan las ojeras en la llamada de zoom y todos presumimos de las pocas horas que hemos dormido. Si no tenemos tiempo para descansar, eso son gajes del oficio que hay que aceptar. Si no reniegas de tu salud mental y física, no puedes triunfar como arquitecto. De alguna forma habrá que cumplir los chascarrillos de que los arquitectos no dormimos. 

Yo me he encontrado muchas noches sintiéndome culpable cuando me voy a dormir antes de las tres, pensado que no estoy dando lo suficiente de mi. Me encuentro sintiéndome culpable cuando dedico tiempo a cualquier actividad creativa que no sea de la carrera, como hacer un dibujo o escribir un ratito como hago ahora. Voy subiendo escaleras del metro corriendo para intentar recortar unos minutos del transbordo y corro cargada de planos, maquetas y mil materiales por Ciudad Universitaria para no perder tiempo de la mísera media hora que nos dan para movernos de la clase online a la presencial. 

Mi amiga Aya, que apunta esas cosas, dice que llevamos gastados mas de 500 euros en material para la universidad. Casi mi matricula entera de un año. Y aun así, los profesores te recriminan si no estas usando un material noble o no puedes soldar metales y plásticos en casa. Usamos papeles y lápices como quien come pipas, y tengo la habitación llena de planos hechos para nada y restos de maquetas que son ya inservibles, cuya fecha de caducidad suele ser de menos de una semana. 

Esta entrada es una critica a esta cultura del esfuerzo que hay en esta carrera. NO ES NORMAL NO DORMIR. NO ES NORMAL LOS DATOS DE ANSIEDAD Y ESTRES QUE HAY EN LA ESCUELA. NO ES NORMAL NO TENER TIEMPO PARA COMER O DESCANSAR LA MENTE. No se mucho de pedagogía, pero estoy casi segura que esto no es el contexto ideal para aprender. 

Por supuesto, yo no me puedo enfrentar sola a esto, porque no quiero fracasar, porque quiero sacar buenas notas y aspiro a hacer cosas de las que me enorgullezca. Simplemente creo que algo tiene que cambiar en la mentalidad de todo el gremio, alumnos y profesores, en conjunto. Esto no puede ser normal. Esto no es sano. 

Os dejo por aquí un video de mi ultima excursión con el grupo de amigos, cuando fuimos el fin de semana pasado al Pardo a celebrar el cumple de Raquel y de Aspe. Aunque sufra mucho, tengo la suerte de sufrir acampada, y de tener a gente tan increíblemente a mi lado en esta carrera de la que puedo aprender tanto.